Fuente de agua inflada que evita beber del vaso
Ya sean para beber o para decorar una plaza, las fuentes están muy presentes en nuestro día a día. Algunas fuentes se han convertido en símbolos turísticos de algunas ciudades, llegando incluso a representar los valores de la población donde se encuentra.
Es el caso de la Fontana di Trevi de Roma, uno de los monumentos más famosos de toda la ciudad. Construida a mediados del siglo XVIII, la fuente está hecha de mármol y en ella se observa la grandeza del movimiento barroco, donde las enormes figuras presentan un gran nivel de detalle. Aunque la obra fue iniciada por el arquitecto italiano Nicola Salvi en 1732, otros muchos artistas, arquitectos y diseñadores participaron en su creación, siendo terminada por Giuseppe Pannini treinta años más tarde.
Precisamente a esta fuente está asociada una tradición muy curiosa. Se dice que si arrojas una moneda de espaldas a ella y luego te giras rápidamente para ver el momento en que la moneda entra al agua, vuelves a Roma en el futuro. A consecuencia de esta tradición, la Fontana di Trevi se llenan de monedas cada día gracias a los turistas que quieren cumplir sus deseos.
Muchos turistas creen que las monedas se quedan allí durante mucho tiempo, hasta que el óxido acaba con ellas, pero lo cierto es que es imposible mantener el dinero porque acabaría colapsando las tuberías. De hecho, la fuente se llena tan rápidamente que los trabajadores de la ciudad de Roma barren su suelo cada noche para recoger el botín del día.
Cada día se rescatan de la fuente entre 3.000 y 4.000 euros, lo que supone casi un millón y medio de euros al año. Las monedas recogidas se limpian, se pesan y se cuentan. El dinero íntegro va destinado a organizaciones sin ánimo de lucro que lo destinan a proyectos solidarios en la ciudad.
En este experimento aprenderemos a hacer una fuente que, probablemente no será tan bonita como la Fontana di Trevi, pero cuyo funcionamiento es bastante curioso y está lleno de ciencia.