Arcoíris líquido forma una columna de colores
Si hay algo que nos llama generalmente la atención cuando observamos una estructura arquitectónica de grandes dimensiones son, sin duda, sus columnas o pilares. Las columnas son las responsables de otorgar equilibrio a los edificios de gran altura, pues a través de ellas se reparte el peso de toda la construcción.
En el pasado, la mayoría de los edificios arquitectónicos fueron desarrollados con columnas para resistir los terremotos y evitar que se destruyeran. Aunque en otras muchas ocasiones, las columnas sólo han desempeñado funciones decorativas.
Como curiosidad, en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, la obra más importante del arquitecto Antoni Gaudí, hay un total de 36 columnas realizadas en distintos materiales con el objetivo de otorgarles diferentes colores. Cada columna tiene un significado y están cargadas de símbolos. Además, muchas de ellas contienen focos que iluminan el interior de la basílica cuando decae la luz natural y consiguen proyectar un gran colorido.
El uso habitual de las columnas en arquitectura se remonta a la Edad del Hierro, cuando muchas civilizaciones enclavadas alrededor del mar Mediterráneo y en Oriente Próximo utilizaban columnas de piedra para sostener sus estructuras. Algunas de las mejores columnas de piedra fueron desarrolladas por los persas, quienes las utilizaron durante la construcción de Persépolis, la ciudad que sería la capital del imperio persa.
Durante esa época, la misión principal de las columnas era apoyar y sostener los techos de los edificios. El uso de columnas como elementos decorativos no se produjo hasta la época de los romanos, que comenzaron a utilizarlas en el exterior de sus grandes obras para mejorar su diseño y resaltar su belleza. El ejemplo más claro es el Panteón de Roma, cuya fachada está compuesta por 16 columnas de granito de 14 metros de altura cada una.
Como vemos, las columnas han tenido mucha importancia en la arquitectura de las diferentes civilizaciones. Unas son más altas y otras más pequeñas. Unas sirven para aguantar el peso del techo y otras para decorar. Unas son de piedra y otras de mármol. Sin embargo, en ningún edificio histórico existe una columna multicolor que sea líquida como la que vamos a realizar en este experimento. ¡Que no se piense Gaudí que nosotros vamos a ser menos creativos que él!