Globo que se infla sin necesidad de soplar
Los globos suelen estar presentes en muchos eventos: cumpleaños, fiestas del colegio, carnavales… Estos artículos nos pueden ayudar a decorar un lugar y realizar multitud de juegos divertidos. Si no hubiese globos, los eventos serían más aburridos y estarían menos adornados. Además, tampoco podríamos refrescarnos en verano lanzándonos globos llenos de agua. ¡Con lo bien que lo pasamos mojándonos!
Los globos, de la forma que los conocemos actualmente, no aparecieron de la noche a la mañana y fue necesario bastante tiempo para que llegáramos a los que tenemos hoy en día. De hecho, hay registros de la existencia de “globos” desde tiempos ancestrales. ¿Sabías que los primeros globos estaban hechos con vejigas de animales infladas? Puede sonar un poco asqueroso, pero seguro que para los niños y niñas de aquella época sería un juego común como cualquier otro. Además, antiguamente la mayoría de los juegos se fabricaban reciclando materiales que no servían o aprovechando las oportunidades que ofrece la naturaleza.
El primer globo de goma no fue fabricado hasta 1824 por el físico británico Michael Faraday, quien estaba experimentando con gases en su laboratorio y necesitaba algún contenedor que mantuviera encerrado el gas. A Faraday se le ocurrió hacer una bolsa con un material conocido como caucho o látex. Para ello, recortó dos círculos de láminas de caucho, presionó los bordes para unir las dos partes y cubrió el interior de harina para que no se pegaran por dentro.
Pero no fue hasta la década de 1930 cuando comenzó la producción en masa de los globos. Neil Tillotson era un investigador que trabajaba en una fábrica que hacía neumáticos y suelas de zapatos de goma. Sin embargo, la crisis financiera de 1929 provocó el cierre de la empresa y los trabajadores se quedaron sin empleo.
Tillotson, en vez de quedarse de brazos cruzados, montó un laboratorio en su casa y se puso a experimentar para inventar algo innovador que le permitiera iniciar su propio negocio. Su idea era fabricar algo divertido y de bajo coste. Después de muchas pruebas, consiguió fabricar unos globos con forma de cabeza de gato que tenían dos orejas. Para su sorpresa, estos primeros globos se vendieron rápidamente en una fiesta, así que Tillotson decidió fundar su propia empresa con el poco dinero que tenía ahorrado.
En pocos meses, vendió más de 5 millones de globos con forma de gato, llegando a ser uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Tras su fallecimiento en 2001 se creó la Fundación Neil y Louise Tillotson, una organización que administra la fortuna generada por el inventor y su esposa, destinando el dinero a proyectos a favor de la educación, la salud y el medio ambiente.
Este éxito provocó que rápidamente nacieran otras empresas que fabricaban globos y ha permitido que este invento llegue hasta la actualidad, generando gran cantidad de puestos de trabajo por todo el mundo y el desarrollo económico de aquellas ciudades en las que se ubicaban estas fábricas de producción de globos.
Actualmente, los globos pueden tener cualquier forma que imaginemos. Pero, ¿crees que pueden inflarse de alguna manera que no sea soplando aire por nuestra boca o utilizando un inflador? En este experimento, la ciencia nos demostrará cómo podemos conseguirlo realizando una reacción química.