Paracaídas se lanza desde una bolsa de basura
El ser humano siempre ha intentado volar imitando a los pájaros. Pero, hasta que se inventara el avión, sólo podía conformarse con crear algo que le permitiera saltar desde cierta altura sin perder la vida.
El primer intento de lanzarse desde una cierta altura lo protagonizó en el año 852 el erudito andalusí Armen Firman, quien se lanzó desde una torre de Córdoba con una lona enorme para amortiguar la caída.
Sin embargo, se considera que los precursores del paracaídas son Leonardo da Vinci y Fausto Verancio. Da Vinci diseñó un prototipo de paracaídas que nunca se llegó a probar. Pero el croata Verancio, inspirándose en los proyectos de Leonardo, en 1617 se tiró con éxito desde una torre de Venecia.
No obstante, fue el francés Louis-Sébastien Lenormand quien en 1783 efectuó el primer salto documentado en un artilugio que él mismo inventó, dándole por primera vez el nombre de paracaídas (parachute, en francés).
Años más tarde, André-Jacques Garnerin saltó desde un globo situado a más de dos mil metros sobre París. Posteriormente, su alumna y futura esposa, Jeanne Genevieve Labrosse, se convirtió en la primera mujer en saltar en paracaídas de la historia. Un acontecimiento que fue una gran revolución en aquella época, pues se mostró públicamente la igualdad que existe entre hombres y mujeres.
Los paracaídas de Garnerin fueron evolucionando. De ser cerrados e inestables pasaron a tener un arco de madera exterior que soportaba la tela y al mismo tiempo dejaba pasar el aire, dándole más estabilidad.
Sin embargo, la evolución de los paracaídas tuvo que esperar a la llegada del ser humano a la Luna y a que la NASA desarrollara los primeros paracaídas, los cuales estaban diseñados especialmente para reducir la velocidad de caída de las naves espaciales.
En este experimento diseñaremos un paracaídas que no será tan sofisticado como los de la NASA, pero que puede fabricarse fácilmente en casa. ¿Te atreves a volar?