Detective cambia de color como un camaleón
El papel de la ciencia es indispensable para resolver casos policiales. Tanto es así, que esta institución de las fuerzas de seguridad cuenta incluso con un propio departamento llamado “policía científica”, el cual se encarga de resolver aquellos casos que requieren un estudio científico más profundo.
Por ejemplo, cuando ocurre un accidente de tráfico entre dos vehículos y no está claro el motivo que lo ha causado, la policía hace uso de la ciencia para desvelar el desencadenante. Para ello, uno de los estudios básicos que suelen hacer es medir las distancias que se han desplazado los vehículos desde el punto donde impactaron y estudiar las marcas que dejan los frenazos sobre el asfalto. Esto les dará pistas para calcular la velocidad a la que iban los vehículos en el momento del accidente y saber si alguno de ellos superaba la velocidad permitida. Además, en ocasiones tienen que trasladarlos a laboratorios especiales para obtener pruebas que les den pistas para solucionar el caso.
Otro ejemplo donde la policía aplica la ciencia es en la investigación de incendios. En este caso, los perros de la policía actúan primero con el objetivo de detectar la presencia de líquidos inflamables que pudieran haber sido utilizados para provocar la combustión. Si los perros indican que hay una sustancia sospechosa, los agentes toman las muestras necesarias para analizarlas en el laboratorio y averiguar de qué compuesto se trata.
Pero si hay una aplicación de la ciencia conocida por todos los amantes de las películas y novelas policíacas es la detección de restos de sangre en la escena de un crimen. En este caso, los policías apagan las luces y pulverizan sobre la superficie sospechosa un compuesto químico llamado “luminol”. Si las manchas sospechosas son de sangre, el luminol emitirá una luz brillante azulada en un proceso llamado “luminiscencia”. Esto permitirá a la policía, por ejemplo, diferenciar una gota de sangre de una gota de tomate frito. Pero, sobre todo, analizar el ADN de esa muestra de sangre en el laboratorio para saber a quién pertenece.
No hay duda de que muchas de las reacciones químicas que lleva a cabo la policía para resolver sus casos más complicados tienen asignados cambios visuales. Y es que en la química, este tipo de reacciones son muy frecuentes, por ejemplo, cuando queremos comprobar la acidez que tiene una sustancia.
En este experimento vamos a crear un líquido que, como si de un policía detective se tratase, será capaz de resolver las dudas que se nos planteen. Y para ello, cambiará una y otra vez de color como si fuese un camaleón. ¡Prepárate para sacar el espíritu policial que llevas dentro y disfrutar de la ciencia más colorida y misteriosa con este experimento!