El escalador con prótesis que coronó el Princesa de Asturias
Licenciado en Física en 1990 por la Universidad de Millersville (Pensilvania) y Máster en Ingeniería Mecánica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Hugh Herr prolongó su doctorado en Biofísica en la Universidad de Harvard hasta dirigir en la actualidad el Biomechatronic Group en el Media Lab del MIT, donde ha desarrollado las que han sido calificadas como “las prótesis más sofisticadas del mundo”.
Pero detrás del curriculum del Premio Princesa de Asturias en Investigación Científica y Tecnológica también hay una historia personal asombrosa. Y es que en la vida de Herr hay un antes y un después tras una escapada a la montaña en 1982 para practicar escalada, una de sus pasiones.
Tenía 17 años cuando se quedó atrapado durante tres días en una tormenta de nieve. Ese accidente le dejó sin sus dos piernas, pero marcó para siempre su futuro profesional. Herr se hizo ingeniero para diseñar sus propias prótesis y fundó BioM, una spin off del Media Lab del MIT que se ha convertido en una de las empresas con mayor proyección internacional en la fabricación de prótesis inteligentes y exoesqueletos, ingenios que ya están cambiando la vida de personas que han sufrido amputaciones, accidentes cerebrovasculares, padecen parálisis cerebral o están limitados por esclerosis múltiple. BioM desarrolla sistemas electromecánicos que se colocan en el cuerpo o se implantan en el interior del organismo para devolver o potenciar capacidades perdidas.
Sus diseños son mucho más que sustitutos ortopédicos de metal y tornillos. Son un alarde de tecnología que hoy le permiten mantener el mismo nivel de escalada que antes del accidente. Herr ha emprendido una revolución biónica que combina los avances en la mecánica, la electrónica y las tecnologías de la comunicación.
Las extremidades e ingenios que salen de su laboratorio del MIT son lo más parecido a manos y piernas naturales. Sienten y pueden moverse con órdenes del cerebro, imitan los movimientos naturales, y son capaces de adaptarse a los movimientos de cada persona. En el caso de las piernas protésicas, por ejemplo, aumentan la capacidad de correr, el estado del terreno y son capaces, incluso de controlar la fatiga. Pero a simple vista, esas piezas sofisticadas de titanio, no parecen naturales. Cuando diseñó sus prótesis biónicas, Herr se dio cuenta de que lo fundamental no era hacer que sus piernas pareciesen humanas sino que funcionaran como tales y que la tecnología impidiera que se sintiera como un discapacitado.
Su ingenio traspasa la tecnología y llega hasta sus numerosas conferencias, en las que suele bromear afirmando que “juego con ventaja cuando tengo una cita, pues puedo ajustar la altura de mis extremidades en función de la persona que tenga enfrente”. En su charla TED titulada “La nueva tecnología biónica que nos permite correr, escalar y bailar”, celebrada en Vancouver (Canadá), llegó incluso a confesarle a los asistentes que “me aseguré de afeitarme las piernas anoche porque sabía que las iba a lucir ante el público”. Puedes ver la conferencia completa subtitulada en castellano en el siguiente vídeo.
Al final de la conferencia se pudo vivir un momento muy emotivo fruto de sus trabajos tecnológicos cuando invitó al escenario a la bailarina Adrianne Haslet-Davis, quien perdió su pierna izquierda en el atentado terrorista de la Maratón de Boston el año 2013. Y es que la experiencia de su accidente le ha servido para crear vínculos personales con sus pacientes-clientes. Su reto con Adrianne era devolverla a la pista de baile, como él pudo regresar a la escalada. Y así fue. Un año después de las explosiones, la joven bailarina volvió a bailar gracias a un tobillo biónico diseñado especialmente para ella por el profesor del MIT.
Fabricó esta articulación de titanio, aluminio, carbono y silicona con un mecanismo que ofrece resistencia al entrar en contacto con el suelo y propulsa a la bailarina cuando la prótesis hace el gesto de levantarse. Para su desarrollo, primero captó los movimientos de otra bailarina profesional con cámaras y los interpretó con un modelo matemático para que la prótesis fuera capaz de reproducir los movimientos de la pierna y ponerse en movimiento cuando unos sensores detectan el movimiento de los músculos de su portadora.
Con el fin de dar a conocer a la sociedad a sus premiados, la Fundación Princesa de Asturias ha organizado en torno a la ceremonia de entrega numerosas actividades para que los niños del Principado conozcan a los ganadores de sus galardones más ilustres. Entre todas ellas ha destacado la exposición SuperHERRoe, el hombre biónico, centrada en Hugh Herr y en la que los 1.113 estudiantes que participaron pudieron expresar en un dibujo cómo ven al científico creador de las prótesis más sofisticadas del mundo. Algunos resultados fueron increíbles.
Cuando conoció la concesión del premio Princesa de Asturias, Herr confesó sentirse «profundamente conmovido». Desde la amputación de sus piernas, «he dedicado mi vida al progreso de la ciencia y la tecnología básica para permitir la reparación biónica de los seres humanos. Ojalá este reconocimiento arroje luz sobre la misión global para acabar con la discapacidad humana en el siglo XXI a través de los continuos avances en la biónica», expresó a través de un comunicado.
Herr, el líder de la era biónica como le calificó la revista «Time», se ha alzado con el premio Princesa de Asturias, pero la elección no fue fácil. El jurado lo eligió tras valorar 34 candidaturas, algunas tan potentes como la bioquímica española Margarita Salas.